jueves, 18 de agosto de 2011

Never Say Never

Mi padre está en la Edad del Pavo. Esa es la única explicación medianamente lógica para que se comporte así. O sea, con su edad, ¿a qué santo decide que es el Fan Number One de Crepúsculo y que la Ono es un desastre por no ponerla en el listado de películas del Ojo? Indignación es lo que siente al pensar que puede que saquen la Cuarta peli antes de que él haya visto la Tercera... Y por supuesto está convencido de que sus queridas hijas son también fans de los vampiros amortentiados por la loca Swan, ya que está completamente convencido de que le acompañaremos al cine a verla. Al cine. A ver Crepúsculo Version 4. No esnifa del jazminero ni náh...

La única ventaja es que él pagaría, claro está, pero de todas maneras hay más trucos para que tu padre te invite al cine no-relacionados con que se convierta en un freak del fenómeno. Como por ejemplo decirle que Hermione muere en HP 7 parte 2. Sí, soy una mal fan, pero aún no he podido ir a verla, aunque de todas maneras mi padre está obsesionado por encontrar una fecha en la que podamos ir todos, y todos los días, casi rozando el desespero, me pregunta "Clara, ¿pero como se va a morir Hermione? No pueden matar a Hermione, es la más inteligente" Desde siempre fue el personaje preferido del hombre, no os preocupéis, nada grave.

Al menos sé que todo el royo del "look Crepusculero" que suelen llevar las fans-fans nunca será algo que pueda ver en el guapote de mi padre, más que nada porque le entra la risa al ver a los emos y demás, aunque varios días se las tenga que ver con transexuales clientes suyos y le parezca algo bastante normal. Sin embargo, como por lo visto los trajes de Jedi no estaban de promoción, desde hace casi un año se inspiró en otra saga de películas míticas para su look de invierno. Chupa de cuero marrón, botas y un gorro de ala de piel, ligeramente parecido a los de cowboy (para ir por la calle, seh) le convierten en un perfecto Indiana Jones, solo falto de látigo, pero es que es muy pacifista el chico... Todo un show.

Y bueno, si algo echo de menos desde que Eduard Culen y Bela Suan entraron en su vida, es que la cantidad de consejos y riñas que me soltaba tipo "Un gran poder conlleva una gran responsabilidad", "Que la fuerza te acompañe" o "Hasta el más pequeño puede cambiar el curso del mundo" han menguado, sin desaparecer del todo, pero sustituídos por algo terrible: la Filosofía Bieber. Y es que da igual que se lo repita una y otra vez, jamás se cansará de decirme "Nunca digas nunca" (palabra que uso en el 80% de mis frases). Compadecedme, vivo con él.

Lo dicho, nunca entenderé a este hombre del todo.

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